NEWARK - El fiscal general Gurbir S. Grewal y la División de Asuntos del Consumidor anunciaron hoy que la Junta estatal de Examinadores Médicos ha revocado de forma permanente la licencia profesional de un médico de familia en el condado de Burlington, quien presuntamente recetó cantidades masivas de analgésicos con opiáceos a pacientes por años, y sin ningún fin legítimo.

El Dr. Moishe Starkman, quien operaba el consultorio Bordentown Family Practice PA, acordó en cesar de practicar medicina de manera permanente en Nueva Jersey a fin de resolver las alegaciones sobre su prescripción indiscriminada de Fentanilo, Oxicodona y otras sustancias peligrosas controladas ("CDS", siglas en inglés) a cinco pacientes que atendió entre 2012 y 2017, incluyendo uno que sufrió una sobredosis mortífera dos meses después de su última visita.

Starkman presuntamente recetó CDS a pacientes por una variedad de condiciones médicas que él diagnosticó sin llevar cabo ningún examen físico o realizar ninguna prueba de diagnóstico, según una queja administrativa tramitada el pasado mes de agosto contra él. La parte acusatoria alegó que Starkman supuestamente recetó a pacientes cientos de pastillas de opiáceos cada mes, incluso a aquellos que mostraban signos de tener una posible adicción a los fármacos o que los desviaban para uso ilícito.
"El objetivo es controlar la crisis de opiáceos, así que debemos tomar medidas contundentes contra los doctores que están estimulándola de manera temeraria", dijo el fiscal general Grewal. "Continuaremos suspendiendo a estos recetadores peligrosos, uno a la vez, hasta que hayamos arrancado al problema de la raíz".

"Si alguna vez existió un caso que merecía la revocación permanente de la licencia profesional, éste es el indicado", dijo Kevin Jespersen, director interino de la División de Asuntos del Consumidor. "Por medio de su presunta conducta, el Dr. Starkman no solamente denegó a sus pacientes la atención médica legítima que merecían, sino que los impulsó con crueldad a sumirse más profundamente en el visible sufrimiento de sus adicciones".

La parte acusatoria alegó que Starkman recetó medicamentos a base de opiáceos altamente adictivos y otros narcóticos a sus pacientes por años sin documentar los planes de tratamiento para el manejo del dolor o el uso de opiáceos; sin evaluar la efectividad de los narcóticos recetados; y sin hacer esfuerzos razonables para recetar medicamentos alternativos o tratamientos destinados a aliviar el dolor o disminuir las dosificaciones de las sustancias controladas.

Según lo indicó la queja, Starkman, en virtud de ser médico de familia, incumplió a la hora de conservar anotaciones adecuadas sobre el progreso de sus pacientes, e incumplió en darles tratamiento debido a problemas médicos no relacionados con su dolor.

En la queja se identifica a los cinco pacientes por sus iniciales, incluyendo a H.H., un paciente de 22 años de edad que murió debido a una sobredósis de droga en mayo de 2015, dos meses después de acudir a su última visita con Starkman.
Segun la queja, los expedientes de los pacientes muestran que H.H. tenía 19 años de edad cuando visitó a Starkman por primera vez, quejándose de "dolor en la espalda baja". La parte acusadora alega que Starkman, sin haber realizado ningún examen físico ni prueba de diagnóstico que le permitiera determinar la causa del dolor que afligía a H.H., comenzó a recetar analgésicos de opiáceos a H.H. - hasta un máximo de 240 al mes - a la vez que no establecía ni re-evaluaba los planes de tratamiento, lo cual permitiese determinar el uso y la dosificación de los narcóticos recetados, tal y como lo requería la ley. Starkman continuó recetando narcóticos a H.H., a pesar de que notó signos de adicción.

En relación a los otros cuatro pacientes, la queja indica que Starkman, entre otras cosas,

• Recetó seis prescripciones diferentes a T.A., una paciente de 29 años de edad, de 120 pastillas de Oxicodona que sumaron un total de 720 pastillas durante un período de treinta días; de ingerirlas tal y como fueron recetadas, esto equivaldría a ingerir una pastilla a cada hora del día.

• Continuó recetando de 600 a 720 pastillas de Oxicodona mensualmente a C.D., una paciente de 41 años de edad, a pesar de que la compañía proveedora de seguros de la paciente le envió una carta de advertencia, indicando que ella presentó 18 reclamaciones distintas de fármacos recetados en cuatro farmacias diferentes, así como otra carta de parte del proveedor en la que se advertía que C.D. había cumplido con su límite de uso de opiáceos permitido para un período de 120 días.

• Escribió prescripciones sin realizar ningún examen físico, sin un historial detallado, sin revisar el historial de tratamientos anteriores, y sin hacer ninguna prueba de diagnóstico.

• Continuó recetando a J.T., un paciente de 42 años de edad, hasta un máximo de 360 pastillas de Oxicodona al mes, y hasta un máximo de 120 pastillas de Xanax al mes a pesar del informe del programa de supervisión de prescripciones que indicaba que J.T. abasteció las recetas de CDS que siete médicos distintos emitieron durante el período de un año; y a pesar de las advertencias por otro paciente de que J.T. estaba "vendiendo sus recetas en la calle" y "utiliza la orina de otra persona para pasar su examen de detección de drogas".

• Recetó opiáceos en grandes dosificaciones y cantidades a G.A. por casi cuatro años, a pesar del hecho que el paciente no reportó ningún cambio a sus niveles de dolor, y que los exámenes de detección de drogas que le administraron dieron resultados positivos en cuanto a marijuana.

En un mandato final de consentimiento emitido por la Junta, Starkman acordó, como parte de la revocación permanente, en remover y ceder su licencia de práctica médica. También acordó en ceder de manera permanente su registración de CDS de Nueva Jersey, la cual le permitía recetar sustancias controladas en este estado.

Bajo los términos del mandato, se excluye a Starkman de dirigir, supervisar, vigilar, o influenciar la práctica de medicina o cualquier actividad de provisión de atención médica, incluyendo atestiguar como perito en Nueva Jersey. Tampoco puede cobrar, recibir, o compartir cualquier tarifa por servicios profesionales que otros hayan prestado, y debe deshacerse de cualquier interés financiero en la práctica de medicina, ya sea en el presente o en el futuro, ni beneficiarse de la misma.

Los investigadores del Despacho de Acatamiento dentro de la División de Asuntos del Consumidor realizaron la investigación, en asociación con la Oficina del Fiscal del condado de Burlington.

La fiscal general adjunta Delia A. DeLisi, de la sección de procesamiento judicial relativo a juntas profesionales en la División de Leyes, representó a la parte acusadora en este asunto.

Siga la New Jersey Attorney General’s Office en línea en Twitter, Facebook, Instagram & YouTube. Los enlaces a la media social proveídos son para referencia solamente. La New Jersey Attorney General’s Office no apoya ningún sitio web, compañías o aplicaciones que nos son del gobierno.

###