| Hace seis años, el gobierno federal invitó a los Dreamers a salir de las sombras e integrarse a nuestra sociedad. Por medio del programa DACA, el gobierno federal dio a los Dreamers la oportunidad de participar más plenamente en la vida de este país; con frecuencia, este país es el único que dichos niños y jóvenes adultos han considerado como su hogar.
Y por seis años, el Estado de Texas jamás intentó detenerlo. Incluso mientras Texas interponía demanda tras demanda impugnando las acciones tomadas por la administración de Obama, el estado nunca impugnó jurídicamente al programa DACA.
Pero, como si apareciera de la nada, hace cuatro meses Texas demandó al gobierno federal aquí mismo, en el Distrito Sur de Texas. De repente, Texas decidió que el gobierno federal debe remover cuanto antes las protecciones concedidas a los Dreamers, y exponiéndolos al riesgo de una deportación.
Y en vez de que el gobierno federal contrarrestara, decidió rendirse. En vez de defender un programa que había transformado las vidas de cientos de miles de personas, incluyendo más de 17,000 Dreamers en Nueva Jersey, el gobierno federal tomó el lado de Texas.
Eso es algo que no podíamos soportar en Nueva Jersey. Si el gobierno federal no luchará por los Dreamers, entonces lo haremos nosotros. Como he dicho en muchas ocasiones en el pasado, cuando el gobierno federal toma asiento, Nueva Jersey se pone de pie.
Y, hoy día, me enorgullecen muchísimo nuestros esfuerzos. Tomé un vuelo desde Nueva Jersey esta mañana para decirle a nuestro increible equipo legal, incluyendo a Rachel Wainer Apter y Ken Levine, quienes presentaron argumentos en defensa de la petición de hoy, que cuentan con mi respaldo. De igual manera, quería decirle a todos los Dreamers en Nueva Jersey que también cuentan con mi respaldo.
Conservo la esperanza que el Tribunal defienda el programa DACA y permita que los Dreamers permanezcan en este país. Tal como se indicó en los informes amicus, contamos con el respaldo de cientos de oficiales del orden público, así como de organizaciones religiosas y empresas importantes en EE. UU., quienes explican la manera en que el programa DACA ha fortalecido a nuestro país y a nuestras comunidades.
Permítanme un punto final: Pasé sentado tres horas, esta mañana, escuchando alegatos verbales. En mi opinión, los abogados que representan al Departamento de Justicia y a Texas son buenos abogados y buenas personas. Pero es fácil perder el rumbo mientras se discuten los aspectos clínicos de legitimación procesal y competencia. A final de cuentas, este caso se trata de personas reales.
Los beneficiarios de DACA son nuestros vecinos y nuestros amigos. Asisten a las escuelas con nosotros, oran con nosotros, pagan sus impuestos, así como nosotros. Aman a este país. Son tan estadounidenses como cualquier individuo presente en esta sala de tribunal, el día de hoy. Merecen que se les trate de dicha manera.
Espero que, en medio de estas trabas legales, no perdamos de vista las consecuencias tan reales que podrían suceder debido a esta demanda jurídica. Las vidas de cientos de miles de estadounidenses penden de un hilo. Mientras continúe siendo el Fiscal General de Nueva Jersey, haré todo lo posible, e iré a donde tenga que ir, para proteger a nuestros Dreamers. Mercen las mismas oportunidades para dar su contribución a este gran país, que el resto de nosotros disfrutamos cada día. Gracias.
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